2013/08/26

Paso del tiempo

Ahora cabe en la palma de mi mano. Se ve que el tiempo también tiene forma, fondo, volumen. El hierro se hizo chapa, fierrito. La distancia entre ambas tiras es sutil, lógica. Las veces que nos peleamos, días enteros enculada, atragantada con la acusación de habérsela roto. Porque sos torpe, porque los nenes no saben de estas cosas, me decía con el cejo fruncido y gesto de corto gancho.

El corazón del costado también se desinfló. Fueron tardes enteras de contar una a una las piedras que lo cubrían; el pálpito era siempre llegar a un número distinto. Cuando uno es chico hasta las matemáticas son maleables, indiferente a la necesidad de pares o redondeos. Y sin embargo, el tiempo lo hizo adorno.

Del polvo y el desorden, entre cajas de mudanza asomó, brilló la silueta, el recuerdo de una vincha atorranta que nos alegró las tardes cuando mi hermana y yo éramos más petisos que una mesa, pero soñábamos pescar la luna o embocar el gol más inolvidable del barrio.


Esta tarde en el aeropuerto mejor la despido con cara de seis años.

No hay comentarios.: