2012/06/20

Sueños II

"El rostro pícaro y entrador de hacía unos minutos cambió por el de un hombre más centrado, alguien que mide el calibre de sus dichos. Entonces,  el canoso develó el misterio:

—Mi nombre es Heráclito, me toca informarles que han sido convocados para una noble tarea de suma responsabilidad; fueron elegidos por su talento, por ser los mejores en aquellas artes que desempeñan.

Algo en el orgullo de ambos se sintió aludido. Pero, tal como la otra noche, había algo en la historia que no les cerraba. No era falta de amor propio, sino que el énfasis con que dijo “los mejores” fue alarmante." 


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